Las Termas de Chaves se sitúan en el «Campo do Tabolado», en la margen derecha del rio Tâmega.
Las aguas termales en mucho contribuyeron para la relevancia de esta tierra en el imperio romano, bien patente en el nombre otorgado a la ciudad ‒ Aquae Flaviae.
Después de la ocupación romana, las fuentes termales fueron subestimadas hasta el reflorecimiento del interés por el termalismo en el siglo XVII.
En el final del siglo XIX, además de la «Fuente del Pueblo», se construyó una buvete, donde los usuarios podían apreciar el agua más confortablemente.